martes, 18 de febrero de 2014



Debería uno
aun en cada uno de sus actos más insignificantes
saber guardar silencio
No dejar pasar un instante sin guardar silencio
y no por temor a equivocarse

El sol sería entonces rigurosamente más sol
y el pan más pan
y la sal también más sal
Así, sin nombre

Sería plena vida
sin ejemplar ni justificación
El flujo de una fuerza antigua, inconmensurable
como el tumulto que precediera
a la primera manzana:
Algo gratuito y más viejo que el tiempo mismo

El cuerpo, nuestro cuerpo, no dice nada:
Hace

Hace un cuerpo sol, un cuerpo mano, un cuerpo sexo
un cuerpo fiesta, un cuerpo ningún sitio
y hasta puede que el cuerpo no menos que el alma
no muera
como no muere el zafiro, la lava, la lluvia

Tendría que ser así uno de tan insignificante
tan elemental como lo es todo
como el fuego, el aire, el agua
simplemente elemental
de la misma sustancia que la tierra

Tanto que fuera uno sin compasión
fiel a su más adentrada alegría
de ser quintaesencia él mismo.

Xavier Zugarrondo ( Poeta vasco – argentino 1947 - 2013 )


1 comentario:

Leo Mercado dijo...

El cuerpo es un verbo.